domingo, 3 de noviembre de 2013

Culto a la muerte

Para nosotros el culto a la muerte es algo normal, se convierte la celebración del día de los muertos en una fiesta popular y en particular en Taxco, es un atractivo turístico más en estas fechas de temporada baja.
Taxco es de las pocas ciudades que tiene una calle llamada de la muerte, misma que se encuentra en pleno centro histórico a un costado de la parroquia de Santa Prisca, la que oficialmente se llama Celso Muñoz.
En el empedrado de esta calle se encuentra un tapete de color blanco con un esqueleto formado por piedras de mármol, es decir los taxqueños que pasamos por esta calle todos los días pisoteamos la figura de la muerte.
Y la misma muerte nos observa desde un costado de la parroquia de Santa Prisca en donde en forma de escultura  se encuentra en la portada  que lleva al osario y a las bóvedas.
No conozco otro templo que tenga a la muerte dentro de sus atractivos, según Vargas (1974) esto se podría deber “al fervor religioso, al capricho piadoso y al temor de Dios que tan profundamente latían en el alma de José de la Borda”.
Si partimos de que desde la creencia religiosa taxqueña el culto a la muerte es una de las manifestaciones culturales más arraigadas, esto lo podemos observar en otras manifestaciones artísticas.
Por ejemplo los lapidarios, han convertido el arte de la escultura en piedra para realizar bellas obras de arte en cráneos que son expendidos en esta ciudad, en donde se mezclan, el jade, la turquesa y otro tipo de piedras para dar colorido a la muerte.
Los artesanos plateros han hecho de la muerte también su arte, bien en calaveras de cera perdida, o piezas caladas y de todo tipo, la muerte es motivo para hacer joyería que forma parte de la idiosincrasia de los taxqueños.
En el barrio de la Veracruz en la tienda de artesanías de Fernando Estrada encontramos a la muerte en forma de escultura de madera, piezas articuladas talladas a mano que lo mismo son sentadas o bien colocadas en cualquier posición.
Inclusive una de estas esculturas de la muerte es en tamaño real de una persona y se encuentra en el restaurante la Parroquia en la misma calle descrita líneas arriba la cual recibe seriamente a la entrada del lugar a los comensales principalmente turistas.
Como se puede observar a la muerte la encontramos en todos lados, en todas formas y todo el tiempo, en una de las tradiciones más emotivas que tenemos los taxqueños.
Los sepelios en Taxco son muy peculiares, forman una larga fila de automóviles y un congestionamiento vial de grandes dimensiones sobre todo cuando el paso está cerrado hacia el Barrio de la Veracruz como sucede en las ferias del cuarto viernes y de la plata.
Generalmente los velorios se hacen en los domicilios del difunto en donde si la ocasión lo amerita se cierra la calle a la circulación de la calle para celebrar los funerales, sucede con frecuencia por ejemplo en la calle 20 de noviembre y Ojeda.
Lo cosa no para ahí, la tradición obliga que cuando una persona muere sea llevada a hombros por las calles empedradas de la ciudad, en donde los dolientes caminan a paso lento, primero a la parroquia donde se celebrará la misa de cuerpo presente, casi siempre en Santa Prisca y en contadas ocasiones en otros templos.
En general la carroza de la funeraria se suma al cortejo fúnebre llevando a alguno de los dolientes, porque el cuerpo del difunto viaja en los hombros de familiares y amigos que se ofrecen a “cargar” al que se adelantó en el camino.
De esta forma todos los días se repite el mismo ritual, el difunto al panteón con el lento caminar de los dolientes, a veces acompañado de coronas que entre mayor número es reflejan la importancia de la persona fallecida.
Si todo esto es lo común, la celebración del día de los muertos se convierte en toda una fiesta tradicional, llena de folclore y de costumbres propias de nuestra ciudad.
Por ejemplo previo a la celebración, las familias comienzan a comprar los materiales para la fabricación del pan tradicional de muerto, el cual según Cacho Figueroa debe llevar huevo de rancho para que sepa mejor.
La elaboración del dulce de semilla de calabaza conocido como pipilitas forma parte de la tradición que se va perdiendo poco a poco y las familias prefieren comprarlas ya elaboradas en el mercado municipal, lo mismo sucede con las cajetas, chocolates y la elaboración de velas que hace años se hacían en casa.
En los últimos años los concursos de ofrendas pretenden preservar las tradiciones en este año los premios fueron de 50 mil pesos repartidos en dos categorías: ofrendas en los hogares y en la vía pública. Además de un concurso de catrinas.
Ante todo esto los niños de la actualidad salen a pedir “Halloween” moda que va ganado terreno en el que los participantes se disfrazan de los monstruos del imperialismo.
Polilla… Que mañana es el día del jumil en el Huixteco… Que las autoridades locales de Taxco acordaron regular el ambulantaje… Que el diputado Marino Miranda no se para por Taxco… hasta mañana…

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